Los descendientes de Abraham llegaron finalmente a
Canaán, pero pronto las presiones de sus antiguos pobladores les obligaron a
unirse, contra su voluntad, alrededor de una monarquía. El primer rey fue Saúl,
quien fue sucedido por David, que convirtió Jerusalén en la capital del reino y
en un centro religioso. Después de David gobernó su hijo Salomón, que mandó construir
el famoso templo que llevaba su nombre para depositar el Arca de la Alianza.
Tras la muerte de Salomón, el reino quedó fragmentado en dos estados: el de
Israel y el de Judá. El primero fue conquistado por el imperio asirio en el año
722 a. C., mientras que en 587 a. c. las tropas de Nabucodonosor arrasaron
Jerusalén y su Templo, y los judíos fueron deportados a Babilonia.
¡Feliz martes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario