A los ocho días de su nacimiento, se practica a los
varones el ritual de la circuncisión, símbolo de la alianza de Abraham con
Dios, durante el cual reciben también su nombre. La madre es la encargada de la
formación religiosa del hijo, a quien enseña las palabras del semá (o shema)
que corresponde a una de las principales plegarias judías. Semá o shemá
significa textualmente “escucha Israel”. Posteriormente, el niño recibe clases
de religión en la sinagoga, donde aprende el hebreo y estudia la Biblia. A los
trece años es iniciado en las obligaciones de la edad adulta con el ritual del
bar mitzvah, en el transcurso de la cual lee por primera vez en la sinagoga un
pasaje de la Torá.
¡Feliz martes!
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