En esencia es propio del judaísmo, que es tanto
comunidad de origen como de elección, el reconocimiento de la alianza del Dios
Único (Yahvé) con el ser humano, al que ha creado y dado sus mandamientos. La
unión original de Dios con Noé y Abraham se formó por la alianza con Moisés, al
que con la Torá Dios entregó la ley y las enseñanzas básicas del judaísmo.
La elección de Israel significa para los judíos una
obligación especial de obediencia de los mandamientos divinos; Dios vuelve a
hablar siempre a los hombres a través de los profetas. La íntima unión dialogística
del hombre con Dios atraviesa la vida cotidiana y el ciclo festivo religioso
del año judío y da consuelo y fuerza en las diversas y dolorosas experiencias
que han tenido que padecer los judíos a lo largo de la historia.
Un marcado mesianismo y la promesa divina de la Tierra
de Promisión marcan el pensamiento histórico judío.
Feliz martes.
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