Moisés desempeña en el judaísmo el papel más
destacado como portador de la ley (Torá) y como guía de Israel liberándolo de
la esclavitud de los egipcios. Ningún profeta posterior enseñó al judaísmo algo
que no estuviese contenido ya en la Torá de Moisés. Se considera el gran
maestro del judaísmo; Maimónides lo llama el “padre de los profetas” antes y
después de él. Muchos relatos de la tradición judía se ocupan de la vida y de
las leyendas de Moisés. Su actividad de profeta, formulada en los 5 libros de
Moisés (Pentateuco: Génesis –Bereshit-, Éxodo –Shemot-, Levítico –Vayikrá-, Números
–Bemidbar-, y Deuteronomio –Devarim), se considera la raíz de todas las demás
profecías. Pero a pesar de que se considera el gran legislador del judaísmo, la
tradición recalca siempre que en realidad sólo es el portador y avisador de las
leyes divinas. Moisés es la figura más carismática: es profeta, avisador, juez
e incluso jefe de los ejércitos, guía de su pueblo en el desierto, liberador y
portador de leyes, pero delega las funciones sacerdotales y predicador en gran
medida en su hermano Aarón. El título judío para Moisés es casi siempre “Rabbejnu”,
nuestro maestro. La tradición judía posterior le concede también rasgos
filosóficos.
¡Feliz martes!
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